Ref. GAIATAS

LISTADO DE LOS INDICATIVOS DE LAS GAIATAS DE CASTELLÓN

Gaiata 1
«Brancal de la Ciutat»

Gaiata 2
«Fadrell»

Gaiata 3
«Porta del Sol»

Gaiata 4
«L’Armelar»

Gaiata 5
«Hort dels Corders»

Gaiata 6
«Farola – Ravalet»

Gaiata 7
«Cor de la Ciutat»

Gaiata 8
«Portal de l’Om»

Gaiata 9
«L’Espartera»

Gaiata 10
«El Toll»

Gaiata 11
«Forn del Plà»

Gaiata 12
«El Grau»

Gaiata 13
«Sensal»

Gaiata 14
«Castàlia»

Gaiata 15
«Sequiol»

Gaiata 16
«Rafalafena»

Gaiata 17
«Tir de Colom»

Gaiata 18
«Crèmor»

Gaiata 19
«La Cultural»

Gaiata 20
«Especial Ayuntamiento»

La gaiata es el principal símbolo de las fiestas de la Magdalena y también de la ciudad. Su origen podría deberse a la simple acumulación de los faroles utilizados para iluminar el camino de regreso de la romería, colgados de una caña a la que se le acabó dando forma de báculo pastoral para recordar a un bordón de peregrino o llevados sobre una peana. A finales del XVIII la gaiata evoluciona conforme al gusto barroco, crece en tamaño y por necesidad se monta en carros, convirtiéndose así en el monumento festivo más antiguo de la Comunidad Valenciana. En el Siglo XIX Juan Antonio Balbás las describe como «hermosas pirámides con gran número de luces». En este siglo la gaiata sufre una rápida evolución que se extiende hasta el primer tercio del siglo XX, se utilizan nuevos materiales como el vidrio, las antorchas y velas dan paso a las lámparas de aceite, se crean unos monumentos aún más grandes que situados en un punto iluminaban el camino de la procesión, y finalmente desaparecen los motivos religiosos por otros más profanos y artísticos o simples juegos de colores.

Con la refundación de las fiestas en 1945 la gaiata obtiene todo el protagonismo de las fiestas, convirtiéndose no solo en un monumento festero si no también en el colectivo vecinal encargado de construirlas, organizar la fiesta en el barrio y representarlo en los actos oficiales. Para esta primera edición las instrucciones oficiales para su construcción fueron muy sencillas: tenía que estar compuesta por una carcasa de líneas de luces evitando partes macizas y opacas, de forma libre, móviles o desmontables con una parte móvil. Con estas indicaciones los primeros monumentos gaiateros fueron muy dispares entre sí y muy alejados del concepto imaginado para ellas por las autoridades, siendo objeto de numerosa crítica que las comparaba con las fallas valencianas, un tipo de monumento festero que se pretendía evitar imitar. De aquí surge la definición más conocida del concepto de gaiata que fue dada por Antonio Pascual Felip: «la gaiata és un esclat de llum sense foc ni fum», «‘la gaiata es un estallido de luz sin fuego ni humo’». En 1947 el escultor Tomás Colón creó la primera Gaiata de la Ciudad imponiendo un modelo que se ha mantenido hasta la actualidad con pocos cambios. En los más de 75 años de fiestas oficiales la gaiata ha ido evolucionando con la técnica y la experiencia de sus artistas. Inicialmente se confiaba a una Batería de automóvil el suministro eléctrico pero esta limitaba el papel protagonista de la luz. En 1949 se ideó el sistema de suministro «por palos» que funcionó por más de 40 años, así cada monumento disponía de dos conexiones eléctricas que se iban relevando de palo en palo para no dejar sin energía a la gaiata y que con su mejora gradual pasando de los 125 v a los 230 v de sus últimos años permitió que, con ingenio y pericia en la electrónica, se lograsen los primeros juegos de luces que las caracterizan, así como el uso de nuevos materiales plásticos y cerámicos. En 1992 se empezaron a utilizar grupos electrógenos enganchados durante el desfile a cada monumento o par de monumentos, permitiendo que algunas gaiatas alcanzasen los 80 000 vatios sin cortes de suministro pero con gran incomodidad para los espectadores. Finalmente en 2011 se implantó la tecnología Led, que en sus modelos RGB y mediante aplicaciones informáticas permiten controlar 5000 puntos de luz de forma individual consumiendo 7000 W.

En 2017 se definió la gaiata de la siguiente manera:

La gaiata es el símbolo de la tradición y de la historia de la ciudad, de amor por los antepasados, de las Fiestas de la Magdalena, de identidad colectiva del pueblo de Castellón y de su voluntad de proyección al mundo. La gaiata es un elemento diferenciador de la cultura popular castellonense que cada año, se recrea y se comparte, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, mediante las gaiatas monumentales. La gaiata manumental es una interpretación libre de aquel gaiato uluminado que fue en su origen la gaiata y de la que son elementos indispensables el gaiato, la luz y el escudo de la ciudad de Castellón de la Plana. Históricamente, la gaiata monumental está destinada a desfilar en la procesión de entrada de la Tornà de la Romeria de les Canyes a la ciudad y aspira a ser una obra de arte efímero.

Además, las condiciones que deben cumplir para poder participar en el concurso anual de gaiatas, la altura de las gaiatas monumentales está limitada a entre 5 y 6 metros y su anchura a 3 m, mientras que solo se puede aprovechar menos de un 20 % de los elementos que componían el monumento el año anterior.

En 1971 se crea la gaiata infantil, con los mismos componentes y significado, limitando su altura a no sobrepasar los 3 m. A parte de estos dos tipos de gaiatas: también existe la «gaiata de mano o individual», la más antigua de todas siendo origen de las demás, desde 2021 también existe un concurso para promover su construcción; la «gaiata de balcón» que adorna las viviendas y los escaparates del comercio local y se construyen de forma casera; las «maquetas escolares de gaiata», fabricadas por los alumnos de los centros educativos de primaria y secundaria de la ciudad y que también pueden participar en un concurso dedicado a estas manualidades; y finalmente la maqueta de las gaiatas monumentales e infantiles creada como prototipo antes de la construcción de los grandes monumentos y que se presenta al concurso oficial para mostrar el diseño de las creaciones que desfilarán la noche del tercer domingo de Cuaresma por las calles de Castellón.

Como curiosidad, cada gaiata posee un nombre que es otorgado a su monumento por cada comisión y que se impone en el «bautizo» con cava antes de salir a la calle.

Texto: Wikipedia.

Fotos: Jose Juan Moreno (EA5WP)